miércoles, 19 de marzo de 2014

Y como es tu voz?

Una vez una madre y su hijo estaban en el consultorio. Ella le decía con voz alta, “¡siempre estas gritando!” El hijo respondía suavemente “¡la que grita eres tú! La señora lo negó. Y como generalmente grabo este tipo de terapias. Regrese la grabación y pedí a la señora que se escuchara. A lo que contesto con mucha seriedad. “¡Por dios como grita esa mujer!”. Ella no tenía la mínima idea del sonido de su voz, solo se percataba de que no lograba comunicar sus pensamientos porque sus gritos los acallaban.
Probablemente habrás estado entre gente cuyas voces son agudas o estridentes o quizá muy apagadas, como la mía cuando iniciaba hacer videos, o quizá hasta aburridas. Con ello te quiero decir que la voz juega un papel vital dentro de una comunicación sana. La voz es la más dulce melodía que guía a un hijo ante situaciones formadoras o desbordantes, placenteras o desestabilizantes. Cuando  estas impregnada de serenidad la voz que emanes no saldrá abrasivamente, acaloradamente o melosamente para convencer al niño, saldrá divinamente manifestando determinación o amor. Tu  voz será cual dulce sonido que guía  al niño por el sendero de las virtudes y los valores.
Si eres capaz de conocer  las tonalidades de tu voz ante la infinidad de estados anímicos que vives en el día a día, estarás en condiciones de tocar el corazón de tu hijo con tu voz aun en las peores circunstancias. Entonces el sentido de la palabra cobra vida, se impregna confianza y seguridad porque un niño da por hecho que de la boca de mama o papa NO salen gritos, amenazas o chantajes, emanan virtudes que invitan a ser escuchadas. Si conoces tu voz, conoces como es una comunicación nutridora en tu familia.

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