lunes, 24 de marzo de 2014

Cuando "todo cobra vida", es un pensamiento infantil manifestándose

El animismo infantil es la tendencia a concebir las cosas como vivas y dotadas de intenciones. Es vivo, al principio el niño piensa que todo objeto tiene vida y por lo tanto genera alguna actividad, sobre todo ligada a su utilidad: la lámpara que alumbra, el hornillo que calienta, la luna que brilla, el coche que lo lleva a la escuela, la máquina que hace las tortillas o la vaca que da leche. Definitivamente todo tiene una utilidad o vida para un pensamiento entre tres y cinco años.
Y si se tratara de algo natural como las nubes. El pequeño siempre le encontrara una justificación; por ejemplo; las nubes avanzan porque van por la lluvia o para apagar el sol cuando llega la hora de dormir. Conceptos preconcebidos y acomodados a una realidad infantil construyendo un pensamiento que está en vías de asimilar y acomodar una realidad del mundo. En concreto el animismo infantil es una etapa inevitable por la que atraviesa el niño, dándole vida a todos los sucesos extraños que suceden a su alrededor.
Cuando esta característica tan peculiar de un niño se encuentra en pleno apogeo se recomienda ampliamente al adulto, extremar las precauciones respecto al entorno que rodea al niño. Es una etapa en la que el niño presencia infinidad de sucesos llevándolo a querer replicarlos, situaciones que muchas veces resultan impredecibles para los padres. Un ejemplo de ello lo puedes observar cuando el niño juega con sus juguetes, realiza actos intrépidos y hasta riesgosos. Es decir si tiene una pistola de juguete le dará vida, tratando de imitar lo que hace la pistola. Si mira películas de superhéroes pedirá vestirse como ellos, volar como ellos, y quizá darle el mismo realismo que mira en las películas. Si destruye sus juguetes será sinónimo de que el pequeño está mirando o conviviendo en un clima de alta hostilidad. Por ello resulta tan importante saber en qué momento está atravesando tu pequeño por el animismo infantil, etapa que da vida a todo lo que mira el niño. Es evidente que semejante animismo resulta de una asimilación de las cosas a la actividad diaria del niño, resultado de un crecimiento infantil y un pensamiento que inicia a gestarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejarme tus comentarios