lunes, 25 de marzo de 2013

Pautas de observación

El criterio fundamental para promover el desarrollo mental y emocional del niño es tener una idea clara acerca de la etapa que presenta el niño, pues en cada una de ellas, existen cambios que varían en ritmo y características. En algunas edades el  desarrollo se distingue por un curso lento y evolutivo. En dichas edades la personalidad del niño cambia lentamente, y a menudo son casi imperceptibles e internamente son cambios debidos a insignificantes logros. Los cambios más significativos que se originan en la personalidad del niño son el resultado de un largo y oculto proceso. Dichos cambios que se exteriorizan pueden ser observados solo al final de complejos procesos de desarrollo.
El desarrollo del niño depende de dos grandes factores; por un lado de su estructura biológica que lo dota de todo un dispositivo de potencialidades y habilidades naturales para  asimilar capacidades e ideas nuevas, y por el otro, de todas las aportaciones que recibe de su entorno cultural y de las interacciones sociales.
El hecho es que estos cambios van construyéndose casi de manera microscópica  o en muy pequeños pasos y exige una capacidad muy especial de observación por parte del adulto.

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