jueves, 16 de agosto de 2012

preparando el camino


La afectividad y la inteligencia del niño definitivamente se encuentran íntimamente relacionadas, ambas son la fuente de la vida misma, y: lejos de opacar,  etiquetar, señalar, devaluar o hasta agredir para obligar al niño a aprender...te invito a convertir todo acto de aprendizaje en un placer, en  un disfrute, una renovación voluntaria, acompañando de cerca al niño, empatizando con sus maravillosos descubrimientos.  Si el camino está impregnado de tu empatía y cariño, entonces el niño podrá  pisar con seguridad y confianza…estará listo para absorber todo lo que el mundo le depara….

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