Llegado el momento en que el niño se dedica a explorar todo su entorno, que mejor que estimular sus manitas. Apoyelo de pie sobre diferentes muebles de casa por breves segundos con dos finalidades: Mantenerse erguido para fortalecer sus piernas y explorar activamente con la mirada y las manitas. Con ello estará propiciando tanto la futura marcha del niño como su control motriz fino.
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