La gente generalmente dice: "Estamos
buscando a Dios, ¿cómo acceder a él?" No podrás buscar a Dios ni acceder a
él, porque no lo conoces. ¿Cómo sabrás que es él? No lo conoces. ¿Cómo te
moverás? ¿Cómo elegirás el camino? No lo conoces. ¿Cómo podrás decidir si ésta
es su casa, si es su morada? No, no puedes. No puedes buscar lo divino. Pero no
es necesario hacerlo, pues lo divino siempre está cerca de ti, en tu interior.
Cuando se lo permites, él te busca y te encuentra.
Dios te está buscando. Siempre te ha estado buscando. No es necesario que
emprendas búsqueda alguna. Simplemente permanece atento, de manera que, cuando
llegue, estés abierto. Muchas veces aparece y golpea a tus puertas, pero estás
profundamente dormido; o incluso, si escuchas los golpes, los interpretas a tu
manera. Piensas: "Es el viento que sopla fuerte y veloz, no es necesario
perturbar mi sueño."
Tus interpretaciones son tus enemigos, y tú eres un gran intérprete. Lo que
sea, lo interpretas enseguida; tu mente comienza a funcionar para pulirlo y,
de inmediato, lo modificas. Lo coloreas; le das un significado distinto, que
antes no tenía. Te proyectas a ti mismo; lo destruyes.
No digo que no
utilices tu mente, sino que NO seas usado por ella. Justamente en el momento que te sueltes en la nada, descubres que DIOS ya habita tu HOGAR interior, contrario a ello la mente sera el amo y tú el esclavo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios